Doña Ana Botella, inversamente proporcional a la caída de las hojas del Retiro, ha comenzado el ejercicio con buen pie, aplicándolas con mano firme. Si la tierra ha de ser para quien la trabaja, el disfrute del parque madrileño corresponderá, lógicamente, a quien se jubile. Excepto que tengas polio, los bastones ejerzan de apéndices y caminar sea el heroico maratón de cada día.
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