Junto con SOPA y PIPA, el gobierno estadounidense está contemplando otro acrónimo con consecuencias deplorables para la distribución de la información: RWA (Research Works Act), cuyo propósito es garantizar que corporaciones con ánimo de lucro retengan control sobre la distribución de información científica. Se trata de un descarado intento de invalidar el requisito del NIH (National Institutes of Health) de que las investigaciones hechas con dinero de los contribuyentes sean de acceso público.
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