Nuestra especie presenta un gran dimorfismo sexual. Los varones tenemos más masa muscular que las mujeres, un 60% más aproximadamente. Y esa es mucha diferencia. Según algunas teorías, eso indicaría que en el curso de la evolución humana los varones recurrieron a sus músculos para emparejarse. Esto es, ese mayor desarrollo muscular sugiere que los varones habrían competido físicamente entre sí por las mujeres, lo que quiere decir que quizás no eran las mujeres las que elegían pareja, sino que más bien, ocurría lo contrario.
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