En los primeros doscientos días de 2022, el jet privado de Taylor Swift realizó ciento setenta vuelos, cubriendo una distancia media de 214 kilómetros en cada uno de ellos. En el proceso emitió 8.293 toneladas de dióxido de carbono. A modo de comparación, la huella de carbono anual media de un ciudadano estadounidense es de 14,2 toneladas, mientras que en Europa es de 6,8 y en África de 1,04. En otras palabras, el avión de Swift tiene una huella de carbono equivalente a la de 1.603 ciudadanos estadounidenses, 2.225 europeos y 14.552 africanos.
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