Entiendo que te haya explotado la cabeza al leer el título de este artículo. Elisa Beni y energía nuclear en una misma frase. El chiste se hace solo. Esta asociación viene de que la semana pasada tuve la suerte de encontrarme con un vídeo en el que la archiconocida todóloga explicaba a un ingeniero de telecomunicaciones (@operadornuclear) que trabaja como supervisor de una central nuclear, es decir, a una persona que entiende, conoce, manipula y controla un reactor nuclear español, qué se hace con los deshechos nucleares.
¿Y cuál es el problema? Me dirá algún ideologizado. ¿No tenemos libertad de expresión en éste nuestro país? Desde luego. Soy el primero que 𝐞𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐞𝐧𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬, 𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐛𝐚𝐫 𝐭𝐨𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐭𝐨𝐧 𝐃𝐫𝐚𝐮𝐠𝐡𝐭, comenta las últimas noticias relacionadas con la bolsa o elucubra sobre el último robot que ha llegado a Marte. Y no soy un experto en ninguno de estos campos. Pero los lectores inteligentes habrán podido ver la clave y no sólo porque la haya resaltado en negrita. Para el resto, lo digo: en una cena con amigos, o en el bar. No me atrevería a decirlo en un programa de televisión con una audiencia enorme, seguido por millones de personas, ante un público al que, cuando una persona grita, le parece que tiene más razón. Porque se correría el riesgo de que me tomaran en serio y eso redundara en el devenir de lo que queda de nación.
Los comentarios barrabaristas de Elisa Beni (no de Barrabás, sino de barra de bar) fueron dos:
- "No es verdad que haya ningún país que esté pensando en incrementar en su mix la energía nuclear, ni siquiera Francia".
- "Nuestros deshechos nucleares, que aquí nadie quiere, y os recuerdo El Cabril y todas estas cosas, están yendo en trenecitos a Francia, pero algún día a lo mejor, tampoco Francia quiere los deshechos"
El primero de ellos es un despropósito, pero el segundo es una auténtica barrabasada (aquí sí, de Barrabás). Con solo buscar un poco de información se puede ver cómo muchos países siguen construyendo centrales nucleares, porque el objetivo es eliminar las fuentes de energía que emiten gases nocivos y ésto, de momento, sólo puede conseguirse con un mix de nuclear y renovables, aunque muchos se empeñen en negarlo.
Lo grave viene en el segundo comentario, y es que yo me imagino a la todóloga ese día por la mañana buscando en Google: "residuos nucleares españa". España con minúscula, sí. Y leyendo algo de que si España tenían en Francia materiales radiactivos, que si costaban chorrocientos euros al día y pensando: ¡Date, que aquí está lo que voy a decir hoy! ¡Los residuos nucleares españoles van pa' Francia en trenecitos! Lo de "trenecitos" le da un aire de superioridad que también es parte del espectáculo, claro. Y se quedó tan ancha. Si hubiera seguido buscando un poco más, habría encontrado algo sobre los ATI (almacenes temporales individualizados) que cada central española tiene dentro de su terreno y donde almacenan todo el combustible nuclear utilizado desde el inicio de su operación. Pero eso no queda tan bien como decir: "nuestros deshechos nucleares, que aquí nadie quiere, y os recuerdo El Cabril y todas estas cosas están yendo en trenecitos a Francia, pero algún día a lo mejor, tampoco Francia quiere los deshechos". Estamos bombardeados diariamente por ignorantes y aprovechados, que su único mérito es tener un nombre labrado a base de gritar en platós de televisión soltando mamarrachadas biensonantes y fáciles de repetir. De tertulianos de medio pelo que tienen como única formación en el tema del que hablan una búsqueda de 50 minutos (en el mejor de los casos) en un Google cada vez más cargado de basura y artículos que buscan el clickbait: "España pagará 75.000 € al día cuatro años más por tener residuos nucleares en Francia", "La factura francesa por la basura nuclear suma 15 millones desde el mes de junio", "España seguirá pagando a Francia por almacenar residuos nucleares"... Y así, un sinfín de titulares capciosos cuyo único fin es rascar unos céntimos cuando consiguen que hagamos click en una publicidad que cubre la mayor parte de nuestras pantallas.
Anuncios grandes, como el de la cerveza que, si estuviste atento, tomaba con mis amigos en el bar. It's a big ad. Very big ad.
PD: la palabra todólogo existe en el diccionario de la Real Academia Española y significa, remarcan que de manera despectiva y coloquial, persona que cree saber y dominar varias especialidades.