Sea como fuere, la pregunta que recorre las castigadas piedras de la plaza del Obradoiro ya no es cuánto podría haberse llevado a su garaje el electricista milagroso en el maletero de su modesto Xantia. La incógnita que agita a los compostelanos es cuánto recauda la prodigiosa factoría de fe que ampara la Tumba del apóstol Santiago para que un saqueo tan sistemático pasase inadvertido durante décadas.
|
etiquetas: iglesia católica , codice calixtino , electricista , robo , milagros