Una joven británica llamada Katie Paterson, estudiante de la Slade School of Fine Art, ha tenido una idea cuando menos original para su proyecto final de carrera: sumergir un micrófono impermeabilizado bajo el glaciar Vatnajokull (Islandia) y conectarlo por cable a un teléfono móvil para que cualquiera, llamando al número en cuestión, pueda escuchar el sonido que produce el glaciar en directo.
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