En las mejores series de los últimos años: Los Soprano, The Wire, El Ala Oeste de la Casa Blanca, los finales han estado a la altura de las circunstancias. La salida más airosa para series que han conseguido que sus protagonistas sean considerados por la audiencia unos más de la familia pasa por un final ambiguo, que deje la puerta abierta a posibles continuaciones y, sobre todo, a la imaginación del espectador. Un final cerrado, como el asesinato de Sherlock Holmes a manos de su creador, Conan Doyle, puede dar lugar a patéticas explicaciones..
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