No somos violentos. Ni comemos niños. Condenamos los crímenes de Mao, de Pol Pot, de Stalin, de la ETA (también la kale borroka), incluso los asesinatos que haya promovido Fidel Castro (intocable de todo rojo que se precie). Pero también los de Begin, Nixon, Reagan, Truman, Uribe, Gadaffi, Sadam, Pinochet. Y Fraga, ese “demócrata de toda la vida”. Y los de Amedo.
|
etiquetas: rojos , marxismo , progres