Entre el abultado número de beatos proclamados ayer en Roma destaca un obispo, Cruz Laplana y Laguna, Obispo de Cuenca. Encomendó a un canónigo que organizara una red de propagandistas de la política derechista por toda la provincia. El general Fanjul, quien habría de proclamar la sublevación del 18 de julio en Madrid, fue uno de sus hombres de confianza, si bien "el señor obispo era el consejero supremo". Por su voluntad expresa, José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la brutal Falange, se presentó a las elecciones de 1936 por Cuenca.
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