¿Recuerdan al teleñeco de color azul que no cesaba de tragar galletas? Su hambre, o gula, parecía no tener fin y cabe imaginar que gracias a su gesto, teniendo en cuenta el aporte calórico elevado de este tipo de alimentos, obtenía como resultado una gran cantidad de energía, eso sí, se la quedaba toda para él. Pues piensen en algo extremadamente denso en el Universo, un cuerpo con mucha masa, que hiciera algo parecido a nuestro monstruo, pero que con su acción generara energía.
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