La transición sudafricana fue una revolución pactada que evitó un derramamiento de sangre, que es lo que pronosticaron los agoreros para cuando el hombre blanco dejara el poder después de tres siglos y medio. Y los resultados de las primeras elecciones multirraciales confirmaron el milagro político. En 1994 cada partido consiguió lo que quería. Quince años después de las elecciones que cerraron el libro del apartheid, en palabras del ex presidente Frederik De Klerk, la amenaza es ahora la corrupción, el crimen organizado y la inseguridad.
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