Por debajo de nosotros corre un metro fantasma. Los túneles sólo están habitados por las sombras y las goteras. Cualquier ciudadano medio se fundiría de vergüenza si fuese el responsable de esa chapuza ominosa. Probablemente se encerraría en su casa y no osaría abrir la boca. Pero, en los ambientes políticos, la lógica es una perversión. Y los responsables de tamaña muestra de incompetencia todavía porfían y dan lecciones.
|
etiquetas: metro , fantasma , perversión , política