"Son unos folios que ha podido escribir perfectamente Aznar, pero también el último becario aterrizado en Faes. Llamarle ensayo sería un verdadero atrevimiento; difícilmente llega a cuento corto". "Quien logre leer entero el libro, descubrirá una tercera ventaja: el ego del personaje es tan inmenso (no cita ni a uno de sus colaboradores en el Gobierno), sus falsedades son tan obvias, su maniqueísmo es tan brutal, que la obrita se puede leer en clave de humor".
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