Uno de los países más prósperos del mundo guarda un oscuro secreto: sus habitantes no poseen ni lenguaje ni forma alguna de comunicarse más allá de los gestos y de algunos sonidos completamente absurdos. Un lingüista en paro ha descubierto que en Francia, en realidad, no hablan ningún idioma. ¿Cómo nos han podido tener tanto tiempo engañados?
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