Constantemente se nos llena la boca diciendo que cada caso es diferente y cada territorio algo así como Marte. El pueblo de al lado, es lo menos parecido al nuestro e incluso nuestros cuñados, un mundo aparte. Todo menos aprender de los éxitos del vecino. Mientras las empresas intercambian experiencias y se copian, las personas buscamos nuestro ego y, sobre todo, inventamos diferencias para encontrar razonamientos divergentes. Si esto se traslada a la acción política, como dice el refrán “apaga y vámonos”
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