Fue diplomático en la Francia ocupada y, conocedor del drama judío, Propper de Callejón desobedeció las órdenes y facilitó la huida a España de miles de judíos que intentaban llegar a Portugal, para desde allí viajar a América, huyendo de la peligrosa Europa. Su hija Elena dijo: "firmó tantos papeles que mi madre tenía que vendarle las manos por las noches". Los franceses le dieron la Cruz de la Legión de Honor e Israel le nombró Justo de las Naciones, pero el entonces ministro Serrano Suñer le negó todo premio, y le rebajó profesionalmente.
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