Echo de menos a mis padres, y ya no lo digo desde el plano emocional, de tener a alguien que te escucha aunque no tengas nada super interesante que contarle que no sean solo tus problemas, sino desde un punto de vista material.
Echo de menos volver a casa de mis padres, después de estar conviviendo con mi expareja y poner punto y final a una relación que ya no da más de si.
Echo de menos volver a casa de mis padres después de fracasar en mi viaje al extranjero en búsqueda de una oportunidad profesional o de intentar montar un negocio y arruinarme, quedarme endeudado y sin poder pagarme un alquiler para vivir por mi cuenta.
Echo de menos a mis padres, despertar en una casa limpia y ordenada, por arte de mágia, y un plato de comida sana siempre en la mesa.
Qué no daría por volverlos a tener, pese a sus reproches, consejos que nunca les pedí y las verdades que me dijeron y que yo no quise oir.
Echo de menos a mis padres.