Mientras que el cardenal Antonio María Rouco Varela disfruta de un ático de lujo (370 m2) donado a la Iglesia y valorado en 1.700.000 euros, el conocido sacerdote y activista antidesahucios murciano Joaquín Sánchez ha emprendido su enésima campaña solidaria: echar una mano en un campo de refugiados sirios en Grecia. Dos caras bien distintas de la Iglesia Católica.
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