Es un hecho que las noches que salen de imprevisto suelen ser las mejores y así lo confirma la historia de Philip y Jamie, dos amigos británicos, que se juntaron a tomar algo en un bar de Inglaterra y terminaron de fiesta en Bangkok, Tailandia. Después de varias copas, ambos terminaron en el aeropuerto de la ciudad con las valijas hechas y dispuestos a tomar un vuelo de los denominados “last minute”, que pueden tener un destino incierto, pero presentan precios súper accesibles.
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