La versión más extendida es que se mantiene en esos reductos porque juega un papel en la sexualidad y en la propagación de las feromonas, aunque en la Wikipedia encuentro una función algo estrafalaria que no esperaba: aseguran que los pelitos nos sirven como una extensión del sentido del tacto y que (salvando las distancias) los usamos como los barbos que se orientan con sus apéndices en la oscuridad (quizá para detectar chinches y otros parásitos).
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