Rafael Ricardi, trece años en prisión por dos delitos de violación que no había cometido. Diego Pastrana, insultado como «asesino» en las calles de Tenerife y en los medios de comunicación, que hemos debido entonar nuestro «mea culpa». Javier Villanueva, más de cuatro años inculpado en Bolivia por el asesinato de la fiscal Móniva von Borries. Dolores Vázquez fue durante meses hasta que se pronunció el veredicto contrario «culpable de agresión y asesinato».
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