El doctor Carlos Morín, acusado de practicar un centenar de abortos ilegales, ha defendido hoy su inocencia y ha afirmado que la actividad de sus clínicas en Barcelona era controlada de forma estricta por la Administración. En la segunda sesión del juicio, Morín ha explicado que el Departamento de Salud realizó numerosas inspecciones, sin previo aviso, a la clínica Ginemedex. Todos los abortos, ha dicho, se comunicaban
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