El ciclismo y el ferrocarril son incompatibles. Se demostró el jueves en la estación de Santiago, cuando doce personas que viajaban en bicicleta escucharon como el maquinista del tren les decía que solo podrían subir tres biciclos. La sorpresa y el enfado de los viajantes fue monumental, puesto que ya habían sacado sus respectivos billetes y nadie les había dicho nada. Tras la negativa del conductor del tren, los turistas de las dos ruedas impidieron que la locomotora arrancase hasta que les dejaran subir.
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