Lo que empezó como una broma ha servido para escenificar la influencia creciente de la religión en la vida pública de algunos países. Un senador demandó a Dios y éste le ha respondido directamente con un escrito que ha aparecido misteriosamente. No ha ocurrido en Arabia Saudí, ni en Irán, sino en Estados Unidos. Buena parte de la prensa norteamericana recogía la noticia con un trasfondo de humor, pero también podría interpretarse como una señal más de la fuerte presencia de Dios en una de las democracias más avanzadas del mundo.
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