Diogo Farinhoto tocó ayer la batería con sus propias manos. El niño que conquistó a Galicia para que le ayudasen a coleccionar tapas con las que sufragar una prótesis ortopédica cumplió su sueño. El pequeño, acompañado por su madre, su abuelo y el empresario que desinteresadamente ha pagado la cuenta de esta primera mano llegaban a la clínica protésica de Matosinhos a las cuatro de la tarde.
|
etiquetas: diogo farinhoto , prótesis ortopédica , dos manos