Pingüinos que se enfrentan a los vientos amargos fríos y heladas de la Antártida a menudo se amontonan en grandes grupos para mantener el calor durante las tormentas. Los matemáticos de la Universidad de California, han creado un modelo de como el pingüino se acurruca y como asume y tiene como único objeto minimizar la pérdida de calor propio. Sorprendentemente, el modelo revela que esos egocéntricos comportamientos resultan de una distribución equitativa de calor.
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