Bob Quick, máximo responsable de operaciones especiales, ha presentado su dimisión por un descuido fatal: precipitó la detención de 12 presuntos terroristas tras revelar información confidencial al acudir a Downing Street para entrevistarse con Gordon Borwn, cita en la que mostró los documentos altamente secretos nada más bajarse del coche. "Si no se puede confiar en nuestro oficial más experto en contraterrorismo para no mostrar información altamente secreta en un lugar público ¿en quién se puede?", se preguntaba el diputado Chris Grayling.
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