Resulta ciertamente frustrante tener que repetir obviedades cada pocos meses, pero un país que no invierte lo necesario en ciencias básicas es un país condenado a la tercera fila intelectual. Si no invierte lo suficiente en ciencia aplicada, se condena al déficit en la balanza de pagos. Y si no invierte en ciencias sociales y humanidades, el país pierde proyección internacional y deja su política exterior y su prestigio a merced de otros. Y creo que no es ese el país que queremos.
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