Alrededor de 215 millones de niñas y niños de todo el mundo se ven obligados a trabajar y privados del acceso a la educación, la salud y el ocio, viendo constantemente vulnerados sus derechos y libertades fundamentales. Más de la mitad sufren las peores condiciones de trabajo infantil: el trabajo en entornos peligrosos, la esclavitud y los trabajos forzosos, actividades ilícitas como el tráfico de drogas y la prostitución, y la participación en conflictos armados.
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