El día que intenté entender a un votante de vox

Ayer sábado, tuve una comida familiar, nada fuera de lo ordinario. Alargamos la sobremesa mientras tomábamos café, hablábamos de  la guerra interna que tiene el PP y nos resguardamos del cambiante tiempo del norte.Ya por la tarde, llevé a mi tío Pancracio en coche. Veréis, durante la conversación sobre el Partido Popular mi tío habló del buen fichaje que sería Ayuso para Vox. En estos últimos años había sido testigo de la “radicalización” de Pancracio. Pero sin embargo, no me encajaba con su carácter. Mi tío no daba el perfil del votante de Vox: no es homófobo, es una persona abiertamente atea y sinceramente, le considero muy buena persona (tiene un pequeño comercio local en el que trata muy bien a sus empleados).

Dejé surgir la charla de manera natural, orientando el tema de conversación hacia la disputa interna del Partido Popular. Rápidamente, la plática viró hacia Vox en el que mi tío defendía que Vox era una respuesta a “Podemos y los independistas” (a lo que coincidí) “todo extremo lleva a otro extremo”, matizó. Esta expresión fue curiosa, porque me sirvió para plantear su contradicción.“Vox no es extrema derecha, pero Podemos sí es extrema izquierda”Yo defendí que bajo mi punto de vista Vox era un partido de extrema derecha, pero que Podemos no era un partido de extrema izquierda. Mi tío Pancracio, me preguntó por qué a lo que respondí muy calmadamente que, entre otras cosas, Vox en sus ‘100 medidas urgentes para España’ propone ilegalizar partidos independentistas por el mero hecho de serlo, lo cual constituye un hecho antidemocrático. Pancracio no veía esto como algo antidemocrático, ya que según él la unidad de un país es algo ‘sagrado’. Le comenté que eso de que la unidad de un país sea algo sagrado, parecía más un argumento religioso o fascista que un argumento democrático, a lo que no supo muy bien qué responder.

Quise cambiar de tema y le dije que otro ejemplo del extremismo de Vox es su apoyo a la dictadura y sus crímenes, ya fuera con Macarena Olona haciéndose fotos con actos vandálicos sobre estatuas o Santiago Abascal defendiendo que el gobierno democrático de Sánchez es peor que los gobiernos de la Dictadura. Aquí sacó el argumentario de Jiménez Losantos de que España iba a ser un satélite de la URSS y que los dos bandos eran malos. Intenté que entrara en razón y que se imaginara el revuelo de haberle dicho a Merkel que su gobierno fuera peor que el de Hitler. 

Creo que no lo meditó mucho, porque el argumentario respecto a la Guerra Civil ya está establecido: sí, la dictadura fue mala, pero ‘los otros’ hubieran hecho algo parecido o peor así que esto es lo que pasó y es historia. Poco que hacer aquí.

Respecto a Podemos y por qué es extrema izquierda, pese a llevar el volante me eché las manos a la cabeza. Soy de los que muchas veces los critico por tibios. Le pregunté por qué le parecían de extrema izquierda, me respondió que son ‘lo más marxista leninista’ del mundo. Le pregunté si la reforma laboral firmada por la CEOE le parecía extrema izquierda y me dijo “porque no les deja Europa”. ¿Entonces en qué quedamos?

Es un argumento totalmente contradictorio que está en la cabeza de mi tío Pancracio: Unos partidos poscomunistas que aplican medidas que casi no llegan a socialdemócratas pero que si por ellos fueran comerían niños.

Me preguntó qué es para mí extrema izquierda, le respondí que una izquierda autoritaria que no respetara la democracia liberal y solo quisiera imponer sus ideas por la fuerza.La economía es lo importante

Intenté atinar un poco más el tiro. Pancracio es un boomer que está entrando en la tercera edad, así que le pregunté que sí se sentía que a sus 60+ años estaba tranquilo de votar a una formación cuya propuesta económica era debilitar los servicios públicos entre los que se encontraba la sanidad (que por pura estadística iba a necesitar muchísimo más). Empezó a comentarme lo que de verdad es su motivación para votar a Vox. Según él, es el único partido del que se fía por motivos económicos. “Tanto el PP como el PSOE nos han arruinado y están dejando una deuda muy grande”. Hay que tener en cuenta que Pancracio ha vivido los años boyantes de la economía y tiene añoranza de una economía que no va a volver cuando el pequeño comercio reinaba. Da igual lo que intentes argumentar, PP y PSOE son las dos caras de la misma moneda (el 15M nunca muere) pero Vox va a salvar la economía española porque patata. 

Ya estábamos a punto de llegar a casa. Y ya me quise sincerar con él. Le dije que no entendía como una buena persona como él podía votar a Vox cuando está llena de gente malvada. “Pues lo mismo te puedo decir a ti” “Pablo Iglesias o Monedero, son gente llena de odio”. Y se vinieron los grandes bulos sobre todas las formaciones de izquierdas/independentistas del arco parlamentario. Cuando mencioné alguna de Vox (como los chiringuitos de Abascal o los pufos de Espinete) se escudaba en el ‘todos son iguales/ pero la economía’.

Las conclusiones que saqué de mi pequeño experimento social fueron las siguientes:-El daño mediático: Pancracio escucha todos los días a Federico Jiménez Losantos hasta tal punto que ha mimetizado y no es casi capaz de discernir su pensamiento propio de la propaganda. Odia lo que odia porque se lo han inculcado y pese a que es una persona inteligente, no es capaz de discernir cuánto ha sido manipulado.-Y ojo, que no quiero ir de flipao con el punto anterior. Todos somos muy conscientes de los sesgos de confirmación ajenos pero es muy difícil ver los propios. Me es muy difícil identificar de en cuántas afirmaciones estaré dando por supuesto simplemente porque coinciden con mi manera de ver el mundo.-Veo muy difícil que la gente de izquierda (o gente de derecha moderada) vayamos a “desenamorar” a los votantes de vox. Da igual las razones objetivas que aportemos, será como intentar enseñarles fotos de la tierra a un terraplanista: siempre te va a encontrar una explicación por muy inverosímil que nos parezca. La gente que tiene lavada el coco a tal punto me parece que es completamente imposible que vuelva a corto plazo. 

Solo queda la opción de que con el tiempo tenga un desengaño amoroso o se de cuenta de que esta formación llegue demasiado lejos incluso para ellos y aún así, alguno se pondrá una cabeza de búfalo para ir al congreso de los diputados si hace falta.-Se viene un invierno de derechas muy serio sobre el mundo occidental y no hace falta ser un hacha para verlo. La gente de izquierdas como siempre vamos a ser David, peleando contra un Goliat mediático al que se le suman las redes sociales (con los bots y las fakes news). No va a ser tarea sencilla, y vamos a estar más desbordados que nunca.

Salud y república.