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Un día comprendí que mi peor prisión era mi odio y mi propia historia

Un día comprendí que mi peor prisión era mi odio y mi propia historia

La vida de Tim es estremecedora. Era un niño con la cara deformada por las palizas de su padre, nadie quiso adoptarlo, y fue de maltrato en maltrato. A los 12 años vivía en la calle, donde fue violado y ejerció de gigoló. Pero en la desesperanza encontró a algunas personas buenas y aprendió de ellas.

| etiquetas: lacontra , coraje
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