La primera paradoja es que los ingresos, aunque bajos, compensan los gastos; pero no son suficientes para afrontar la deuda contraída con los bancos. La autopista Cartagena-Vera no sólo no levanta cabeza sino que puede entrar en quiebra a menos que consiga refinanciar la deuda mañana jueves, según un comunicado lanzado ayer por la concesionaria Aucosta. La segunda paradoja es que costaría más cerrar la autopista, por los gastos de mantenimiento que hay que afrontar, que tenerla abierta en estas condiciones.
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