Los agentes contactaron con el vendedor, que fue quien ofreció los datos del comprador de la perra. Una vez que la Guardia Civil dio con esta persona, un joven de 20 años y de nacionalidad española, procedieron a extraer muestras de saliva tanto del perro vendido en esa tienda como de la hembra encontrada en el contenedor para establecer una conexión entre ambos. Con la participación de un veterinario y tras las pruebas pertinentes, los resultados demostraron que ambos perros pertenecían a la misma camada.
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