Un empresario tenía a cuatro inmigrantes que se encontraban en situación irregular en España trabajando en condiciones de "explotación casi absoluta", según atestiguó el inspector jefe de la Comisaría de Policía de Lugo. Los trabajadores percibían salarios de 400 euros mensuales, trabajaban 12 horas diarias, en ocasiones también los sábados, y en caso de ausencia al trabajo les descontaban 90 euros por día. El único medio de protección que les facilitaba el empresario, en libertad con cargos, era un casco de obra.
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