Una investigación sobre cómo la muerte masiva de murciélagos se conecta con un aumento de la mortalidad infantil en Estados Unidos supone el último ejemplo de las consecuencias de las extinciones masivas sobre la vida de los humanos. La desaparición casi radical de murciélagos obligó a los agricultores de Nueva Inglaterra a utilizar un 30% más de insecticidas para contener las plagas en sus cultivos. Al mismo tiempo, la mortalidad infantil por enfermedades y dificultades al nacer en las mismas zonas creció un 8%.
|
etiquetas: destrucción de la naturaleza , extinciones masivas