El jefe se vio obligado a tomar cartas en el asunto y no tuvo más remedio que poner las cartas sobre la mesa. “Nos vemos obligados a notificarle su apercibimiento por causa real y seria debido a los siguientes motivos: perturbaciones sonoras tales como eructos regulares y flatulencias no disimuladas por las que resulta que sus faltas y su comportamiento generan tensiones y conflictos recurrentes en las relaciones con sus colegas de trabajo”.
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