El pasado lunes por la noche, María Solaz, alicantina de 27 años, dejó que el desagüe del baño se tragara más de 30 litros de agua potable sin intención alguna de aprovecharlos, limitándose a camuflar con el rumor del grifo los ruidos que hacía ella al defecar. Su novio, Daniel Guzmán, que se encontraba en la habitación contigua, preguntó luego a María qué había estado haciendo tanto rato con el agua. La chica respondió “hay ciertas cosas de mí que prefiero que no conozcas” y ambos se fundieron en un sentido abrazo.
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