"Llegué una mañana a la empresa, donde yo siempre era el primero en aparecer, incluso antes que el resto de la plantilla, y mis hijos me negaron el paso. Laboralmente era una situación increíble. No podía buscar otro trabajo porque de alguna forma seguía vinculado a la empresa familiar, pero a la vez tampoco tenía posibilidad de darme de alta en las oficinas de empleo como parado".
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