Gabriel Marshall tenía 7 años cuando le diagnosticaron un extraño tumor cerebral. Durante dos años, ha luchado contra la enfermedad y sus padres siempre han intentado sofocar su dolor. Tras una de las intervenciones, su padre decidió tatuarse una cicatriz como la suya en la cabeza para normalizar lo que estaba ocurriendo. La foto dio la vuelta al mundo.
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