Hace unos 296 millones de años, lo que hoy es Sevilla estaba en la franja ecuatorial del planeta, con clima muy templado, y el casquete polar sur se estaba derritiendo, provocando alteraciones climáticas; los dinosaurios aún no estaban ni en proyecto. En algún momento, y desencadenada por unas lluvias torrenciales, debió de correr por una ladera abajo una avalancha de barro, arena y piedras, llevándose por delante todo un bosque de coníferas primitivas que quedaron sepultadas. Ahora, se ha hallado una de ellas... o lo que queda de ella
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