Un hallazgo realizado en el Coliseo de Roma, tras los trabajos de restauración que iniciaron en octubre pasado, revela que la construcción estuvo decorada por frescos de colores que se remontan a la época de los gladiadores. Del mismo modo, en las paredes de uno de los mayores anfiteatros del mundo se observan palmas, flechas, incluso firmas de espectadores y de viajeros extranjeros, quienes presenciaron los sangrientos juegos de gladiadores y de fieras que se llevaban a cabo en su interior.
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