Científicos norteamericanos, a través del análisis de sistemas termales cerca del Mar Salton (pozos termales de barro), han prolongado hacia el sur el límite conocido de la peligrosa falla de San Andrés, que destruyó San Francisco varias veces en el pasado, ampliando por tanto su área de influencia conocida hacia otras localidades y territorios. Foto aérea de un tramo de la falla:
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