El casco griego de bronce, cubierto con pan de oro y decorado con serpientes, leones y la cola de un pavo real, se ha descubierto en las aguas de la bahía de Haifa en Israel, pero como acabó en el fondo de la bahía es un misterio. Tiene unos 2.600 años de antiguedad y probablemente perteneció a un mercenario griego que participó en una serie de guerras, inmortalizadas en la Biblia, que asolaron la región en ese momento. Los arqueólogos creen que probablemente luchó por un faraón egipcio llamado Necao II. Traducción:
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