"El tren R-538 que salió de A Coruña a las 6.50 horas en dirección a Vigo entraba a las ocho de la mañana en la estación de Pontecesures a una velocidad lenta de unos 30 km/h. Ni el maquinista ni el revisor observaron desde la cabina ningún obstáculo en la vía aunque había lluvia y la noche anterior cayó una tormenta." Parece ser que esta vez hubo suerte.
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