Un vecino de Cambre, Fernando Pellús, busca a su loro desde el domingo por la mañana, cuando escapó de casa. «Se asustó de las alfombras que se estaban batiendo y ya no ha vuelto», dice Fernando. El loro yaco de cola roja se llama Ricki y lleva cuatro años conviviendo con esta familia que este año se ha desplazado de San Sebastián a este rincón de Cambre. «Al principio lo vimos en la cima de un pino cerca de la casa, lo llamábamos y cuando parece que quería venir lo ahuyentaron los cuervos y los grajos». El dueño, que promete una gratifición.
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