Cuando un factor de producción se aumenta sostenidamente, mientras los demás factores permanecen inalterados, a partir de un momento la producción decrece. Esta es la base de la Ley de Retornos Decrecientes que junto con la trampa de liquidez es el fiasco básico que define la actuación de los bancos centrales. Durante más de una década se ha criticado la política adoptada por las autoridades japonesas para combatir la crisis (ZIRP y expansión cuantitativa). Así hasta que en 2008 occidente aplicó idénticas medidas, más agresivamente si cabe.
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