Una pareja de 25 y 24 años de nacionalidad rumana y residente en Montserrat, se quedó esperando la mañana del pasado sábado en el cementerio municipal de Torrent la llegada del cadáver de su primogénita, que nació muerta en el hospital General de Valencia. Nunca llegó, había sido incinerada por error. La funeraria del hospital General de Valencia se equivocó de cadáver y confundió el de un feto de 5 kilos, que nació muerto, con el de uno de 5 meses. Una noticia de lo más sórdido.
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