Eran las diez de la noche. Vestían de oscuro y parecían compungidos. Un ser querido les acaba de dejar de forma repentina. Había fallecido en el quirófano durante una operación. Los familiares acudieron al edificio judicial de Vía Alemania para denunciar lo ocurrido. Uno de ellos explicó que querían interponer una denuncia por la muerte de su loro. Los funcionarios se quedaron estupefactos. Según la versión del perjudicado, el animal había sido sometido a una intervención ese mismo día porque tenía "la patita" rota. ¿Imprudencia veterinaria?.
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