Una solución que se contempla entre los 150.000 afectados consiste en pedir prestada la tarjeta sanitaria a otro inmigrante con papeles o nacionalidad española, ya que el documento no dispone de foto ni de otro elemento distintivo más que el nombre y apellidos del titular. Así, las intervenciones sanitarias que se realicen con documentos prestados se registrarán igualmente, y se mezclarán diagnósticos de diferentes pacientes en el historial de un mismo asegurado, lo que provocaría un caos en los expedientes.
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